Miguel Casado
Estos nuevos tópicos
En la experiencia de la lectura, la poesía –toda verdadera poesía– se muestra como uno de los géneros de pensamiento más poderosos. Esto ocurre porque el pensamiento –como también el mundo– es inseparable de la red de los lenguajes, y la poesía consiste en crítica que el lenguaje se hace a sí mismo, disidencia de lo codificado, puerta para la posibilidad de cambio. Ocurre porque el pensamiento no se limita a las habilidades de la razón, ni se mide sólo en términos pragmáticos de eficacia, sino que incluye el espacio todo de la mente y el espíritu humanos –lo sensible, lo inconsciente, lo emocional…–, y la poesía resulta ser síntesis de esa clase de espacio.
Miguel Casado
Publicamos a continuación unos poemas del su libro Estos nuevos tópicos (Tusquets, 2025).
[…] cada vez encuentra
más certeza en lo impreciso.
El que entrecierra los ojos para ver
mejor, ajustando el foco –myo,
guiñar, cerrar; ops, la vista. El que
se acostumbró a ir perdiendo,
borrosas, las cosas, a no distinguir
lo que ocurre a lo lejos, no muy lejos.
El que lleva una oculta lupa
en los ojos y ve lo diminuto
solo con acercarse más. El que conoce
aquella rama de árbol. Y cada vez
le importa menos ocuparse de algo
sin gafas, cada vez encuentra
más certeza en lo impreciso.
Había un hilo en las cosas
de cada día, que se iba tejiendo
dirigido a un fin. Ningún día era igual
que otro, pasaba de hora en hora
con su larga lista por resolver. No era
tal vez el mundo, pero íbamos
haciendo un mundo de todo aquello.
También el tiempo se fundó entonces.
No tenía casi pasado, simplemente
sumaba tensión, expectativa inmediata,
será mañana, el lunes al llegar. Y toda
la prisa y el empeño, que no daban
más de sí. Enfermedad del tiempo
posada en el estómago, contraído
siempre en su urgencia. Quizá por eso
no ha habido luego nostalgia.
Estuvimos acompañados por los muertos,
aunque los mencionamos escasas veces.
Hacía tiempo que no nos veíamos
y las cervezas y el vino, el bacalao
y los timbales de ensalada, algunas risas,
relatos de la época, venían con su presencia.
Como en las páginas de la agenda,
cuántos muertos cercanos. O en el espejo,
cuando mi padre viene de pronto a verse en mí.
Los menos recientes entraban en la conversación,
los evocábamos al hacer memoria
de una anécdota, un día en que ahí estaban.
El nombre atraviesa el duelo,
señala la perfecta continuidad,
al alternancia que tenemos con ellos.
No hay más aquí que allá.
Cerca del Tajo, en soledad amena,
de verdes sauces hay una espesura
toda de hierba revestida y llena,
que por el tronco va hasta la altura.
Garcilaso de la Vega
Égloga III
Otea la cigüeña desde el tronco seco
de palmera, en la cima del alto
mástil sin hojas. Acecha la garza
en la orilla del río sucio, inmóvil
sobre sus alambres patas, esbelta
entre el arabesco de las ramas caídas,
enredadas. Navegan pétalos blancos
de adelfa por los corros de espuma grasienta,
parecerían brillar. No sé si me acostumbro
a estos nuevos tópicos, y los anoto
pese al disgusto, al olor
que los acompaña. Pero es cierto
que vuelvo a casa con ánimo de celebración
si otra vez los he encontrado. Como si esta
supervivencia, casi fuera de lugar,
marcara con su relieve el tiempo,
dejara esperar lo imprevisible, lo deseado.
Y el saber barroco acerca de la muerte
que crece dentro de la vida, se equilibrara
entretejidas ambas en los dos sentidos,
con sus reservas la vida nos desborda.
Se diría que últimamente veo mejor,
le digo a la oculista; al pasear por el río,
distingo desde lejos un punto blanco, apenas
un punto, y reconozco una garza.
«¿Y es una garza?», pregunta con sorna.
–Sí, respondo, hay fotos. Pero no cuento
que a veces era una piedra o un tronco
blanquecino, y dudo si son las fotos
las que ven o las que me enseñan
a ver. Tenemos en casa la costumbre
de sentarnos juntos, ir mirándolas,
ella las amplía con los dedos, va encontrando
mucho más de lo que había, y ver se hace
cosa de dos, viene a la mañana
el sentimiento de la vista, con este mundo
de las manos y los ojos, compartido.
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MIGUEL CASADO (Valladolid, España, 1954) es poeta y traductor y crítico. Ha publicado, entre otros, El sentimiento de la vista (2015), Deseo de realidad (Tusquets, 2023, que recoge su poesía entre 1986 y 2015) y Estos nuevos tópicos (Tusquets, 2025). Es autor de numerosos ensayos sobre poesía contemporánea y poética, así como ediciones críticas de otros poetas (Antonio Gamoneda, José Miguel Ullán o Vicente Núñez). Ha traducido obras de Paul Verlaine, Arthur Rimbaud o Liu Xia, entre otros.
Publicado el 10/11/2025