Lala Blay

Abstancia

Traducción de Misael Ruiz

Los versos de Lala Blay, sutiles e intactos como agujas imantadas, nos buscan, se imponen y juegan con nosotros sin misericordia intelectual y, como en un juego amoroso, nuestra poeta se insinúa, contacta, se apodera de nuestras defensas y acabamos perdiendo. Perdiendo en beneficio de una ganancia superior, el acceso a un campo magnético, exclusivamente personal en el que un yo absoluto, graciosamente incorpóreo, preside toda proposición carnal.

Este es el libro, Abstància, como se nos presenta: sensual. Y aún mucho más. Porque la autora, por encima de un lirismo que quiere anónimo, personaliza, deviene, complacida, la protagonista insustituible de la obra: nada será –determina– ajeno al sujeto de la oración en la que ella se sitúa. En el poema, considerado un mundo reducido a palabra, no hay nadie más que la autora y su cómplice necesario. En esas líneas horizontales que son los versos en tensión, hay, también el propósito de escribir verticalmente, la voluntad de manifestar el poder de lo inmóvil, que siempre supera, por oposición, la perpetuidad del movimiento, la vida.

Màrius Sampere i Passarell

[De Liebeslied]

X

Cántaro sonoro:

palabra de arcilla rosada

que alguien moldeó.

Cántaro

promisorio de agua…

Resuena la sed

en tu vientre

y emana por el pico.

Pero el labio,

incauto,

te rozó al pasar

y te halló seco.

XXII

Anoche el amor

se volvió sal

en el párpado,

los ojos se dijeron

el afán más vivo

la voz callaba.

Después se alzó

de entre la sal

hierba fina.

Suave pestaña

que mueve el viento

en la noche clara.

XXIV

Al amanecer montamos

un toldo con cuatro palos,

y recorrimos a oscuras el campo

en busca de alimento.

No visitamos el río ni el generoso mar

que el corazón no quiere.

El corazón busca el terrero y la salina seca

y descubrir la fuente en la huella más ligera.

 [De Plec de claror]

El pliegue

El pliegue,

el pliegue de luz,

el pliegue de luz desvela el fondo,

al atravesar la noche.

La noche es noche.

Ten en cuenta

la frágil complexión de la membrana,

la levedad del tejido.

Escombros. Bancales. Soledad.

Escombros, bancales, soledad.

Restos de un harapo.

Y movimiento de tierra.

Aquí

un gran talud

que niega

el desprendimiento.

Aquí

un boquete

que se abre irremediable.

Todo en estado de alerta.

–no habrías consentido

que nadie se alojara allí–.

Al borde vivo del bosque incendiado

Al borde vivo del bosque incendiado,

aquí

la lectura no avanza.

Aquí, yo

inclinándome

al dictado del amor

que así lo quiere.

Él da la medida del peligro,

la apuesta que debo hacer,

el grado de incandescencia

y el límite justo

donde todo me será dado:

tiene que ser sin medida.

Rehaces

la lectura

con las manos

te ases

a la letra

refractaria.

Se abrió el pan

El pan, el pan, ¡creedme!

se abrió el pan.

No cortaba el aliento, era

habitable.

Crujía todo él

cuando se me dio,

creedme.

Os lo mostraría,

si no fuese porque los pájaros se han comido

las migas del camino.

Para

Para la longitud de este dolor,

por la afilada dureza de la espina

que cose la noche

y por el amor, y por la delgada

línea que divide

la razón y el delirio

la doble luna de mi pecho.

[De Abstancia]

Arrephóroi

Antes de cumplir doce años,

preparó la urdimbre,

la tarea más pesada.

Entonces:

anchas cenefas todas como de luz

y nudos insondables

y un industrioso hacer y deshacer de los dedos

y la entrada mortal del poema

como un tú.

La cuña que nos ensambla no tiene medida

La cuña que nos ensambla no tiene medida

ni se cuenta en años.

A veces toma la forma afable de un tabique,

el canto redondo de un estante metálico,

el tono nacarado de la luz de neón –

una nube que se repliega, crea

un lugar donde descansar

y se deshace–.

Querido –

cuando acaso te diriges a mí

y pronuncias mi nombre en voz baja:

la luna que se alza,

la umbría del lilo

y el suave aguijón del enebro

a un mismo tiempo.

Punta seca

¿Por qué mejor el camino à la pointe acérée que otro?

¿Por qué la entalladura?

Sobre el mar de cobre

una pequeña onda sustraída a la erosión.

te abres a cada trazo,

quedas desocupada,

te ofreces –

anudas lo que permanece con lo posible,

y acompañas a la espuma

hasta el blanco.

Venías

Venías con las ramas del dolor;

cargabas el haz como quien lleva una promesa.

Me quité el vestido de poniente

y fue su mortaja.

Ahora vuelan por el cielo nocturno,

ahora sueñan con hojas.

Con el jadeo del amor he hilado un estambre

que les coge de la mano

y constela.

__________

LALA BLAY (Barcelona, 1968) ha publicado los libros de poesía en catalán Liebeslied (Pagès Editors, 2001. Premi Recull 2000), Plec de claror (Proa, 2005. Premi J. M. López-Pico 2004) y Abstància (Pont del Petroli, 2016) y, en edición bilingüe, Abstancia (Animal Sospechoso, 2022). Es autora igualmente, entre otros, del libro de ensayo y traducción Píndaro desde Hölderlin (La Oficina de Arte y Ediciones, Madrid, 2018). Su publicación más reciente es «Cuando Heidegger lea a Celan» (en Apropiaciones de Heidegger, AAVV,  UNAM, 2020). 

Publicado el 12/07/2020

X

Càntir sonor:

paraula rosada d’argila

que algú tornejà.

Càntir

promissori d’aigua...

Ressona la set

al teu ventre

i emana del broc.

El llavi, però,

incaut,

passant va tocar-te

i et va trobar sec.

XXII

Anit l’amor

s’ha tornat sal

a la parpella,

els ulls s’han dit

l’afany més viu

la veu callava.

Després s’ha alçat

d’entre la sal

herbeta fina.

Pestanya suau

que mou el vent

en la nit clara.

XXIV

Amb quatre pals bastim un tenderol

a trenc de dia,

i encara fosc anem pel camp

en busca d’aliment.

No visitem el riu ni la mar generosa

que el cor no ho vol.

El cor busca el terrer i l’eixuta salina

i saber de la font per la petja més fina.

El plec

El plec,

el plec de llum,

el plec de llum ha fet visible el fons,

en travessar la nit.

La nit és nit.

Tingues en compte

la fràgil complexió de la membrana,

la lleugeresa del teixit.

Runa. Marjals. Solitud.

Runa, marjals, solitud.

Restes d’algun parrac.

I moviment de terres.

Aquí

un gran talús

negant

l’esllavissada.

Aquí

un esvoranc

obrint-se irremeiable.

L’estat d’alerta arreu.

–no hauries consentit

que ningú hi fes estada–.

Al marge vis del bosc incendiat

Al marge viu del bosc incendiat,

aquí

la lectura no avança.

Aquí, jo

inclinant-me

al dictat de l’amor

que ho vol així.

Ell dóna la mesura del meu risc,

l’aposta que cal fer,

el grau d’incandescència

i el límit just

on tot se’m donarà:

no hi ha d’haver mesura.

...

Tu refàs

la lectura

amb les mans

t’agafes

a la lletra

refractària.

El pa es va obrir

El pa, el pa, creieu-me!

el pa es va obrir.

No tallava l’alè, era

habitable.

Tot ell cruixia

quan se’m va donar,

creieu-me.

Que jo us ho mostraria,

si no fos que els ocells se m’han menjat

les molles del camí.

Para

Per a la longitud d’aquest dolor,

per l’aguda duresa de l’espina

que cus la nit

i per l’amor, i per la fina

línia que divideix

raó i deliri

la doble lluna del meu pit.

Arrephóroi

Abans de fer dotze anys

va preparar l’ordit,

la tasca més feixuga.

Llavors:

amples sanefes totes com de llum

i nusos insondables

i un fer i desfer industriós de dits

i la mortal entrada del poema

com un tu.

La falca que ens engalza no té mida

La falca que ens engalza no té mida

ni es compta amb anys.

A voltes pren la forma benigna d’un envà,

l’angle esmussat d’un prestatge metàl·lic,

el to nacrat de la llum del neó –

un núvol que es replega, configura

un lloc on recolzar-se

i es desfà.

Estimat –

quan per ventura t’adreces a mi

i pronuncies baixet el meu nom:

la lluna que s’enlaira,

l’obaga del lilà

i l’esperó suau de la ginebra

alhora.

Punta seca

Per què el camí à la pointe acérée millor que un altre?

Per què l’entalladura?

Sobre la mar d’aram

petita onada sostreta a l’erosió.

Tu

t’obres a cada traç,

restes vacant,

et dónes –

nues el demorat amb el possible,

i acompanyes l’escuma

fins al blanc.

Venies

Venies amb les branques del dolor;

portaves el feix com es du la promesa.

Em vaig treure el vestit de ponent

i els va fer de mortalla.

Ara volen pel cel nocturnal,

ara tenen un somni de fulles.

Del bleix de l’amor he filat un estam

que les pren de la mà

i constel·la.