Corina Oproae

Desde dónde amar

Desde dónde amar traspasa el umbral y se adentra en territorios ignotos, pero que es necesario tener el coraje de reconocer, aunque sea solo palpando a ciegas. El viaje adquiere tintes metafísicos, cargas de profundidad. La de Oproae es una poesía de exploración del sufrimiento, de interpelación de la contrariedad que implica el ser-en-el-tiempo, de no aceptación del vivir resignado de una especie en constante desesperanza. Unos gritan exasperados, otros se destruyen cínicamente, y en su debacle, no tienen escrúpulos si arrastran hacia el precipicio al resto de la humanidad; los de más allá se funden en su melancolía oscura y convocan la nada de su tristeza cotidiana, hasta el suicidio. Y en medio de este paisaje devastador y apocalíptico, se mantienen, indemnes, dignas, potentes, con la sola fuerza de la palabra poética, voces como la que ha inspirado este escrito: la de Corina Oproae, por ejemplo.

Víctor Obiols

Hay ciervos en mi sueño

sus ojos

guardianes del miedo

rastrean los bosques extraviados

dentro de mis pupilas

hablan

todas las lenguas

que alguna vez he sabido

y yo los entiendo

y me regocijo

cuando el caos se me hace cosmos

desde dónde amar

desde un lugar de aire y luz

que sólo existe en la memoria

desde una infancia imaginada

que palpita dentro de este sueño

como el movimiento inalcanzable de una estrella

las palabras

duermen en mi garganta

un sueño superfluo

desde dónde escribir

desde aquel verso incierto

que al leer dejé de serme ajena

desde antes de cualquier comienzo

sin comienzo

porque jamás tuve un primer amor

porque jamás escribí un primer verso

Podría estar

en ese otro lugar

pero estoy aquí

aunque el recuerdo

derrita la plata candente

del collar que se va estrechando

alrededor de mi cuello

el trigo germina

bajo las nieves

ese otro lugar

se halla siempre en el territorio de la posibilidad

el del ciervo que se detiene

el de la flor que irrumpe anhelante

en aquella primavera intermitente

que sin saber heredamos

la posibilidad

ya no se materializa

no estoy en ese lugar

está el camino de mis células

que todavía lo recuerda

el tacto que se confunde que se equivoca

el olfato

que derriba el muro de la distancia

el gusto

que persigue la magdalena de Proust

sólo porque conoce esa historia

ya no está la necesidad

de que se materialice

está la literatura

como citoplasma

no como segunda piel

sino como información genética

que es ese otro lugar

y este

los dos

a la vez

                                                                                                                                                  leyendo a Cecília Meireles

Una niña flota hermosa en el agua de mi pensamiento

que discurre fragmentado

en silencio

su belleza me atraviesa como una espada

su belleza no está en el ojo que mira

está encerrada en sí misma            es altiva e indiferente

no puedo escapar

su mirada hipnótica

me atrapa y me culpa

una niña flota hermosa entre la muerte y la vida

no hay ninguna rama de sauce rota

hay sólo el engaño en la esperanza

esta harmonía tan simple que repele el grito

que aniquila el instinto

finjo que entiendo la muerte

finjo que estoy a salvo

una cortina transparente me aísla

la niña la traspasa           lentamente

se levanta de su lecho y baila

ahí donde acaba el sufrimiento comienza otra cosa

que no tiene nombre

una danza efímera como una flor

se abre en mi ojo

es demasiado tarde pedir que esta muerte

no se me haga poema

ya sé que sólo se está a salvo en la palabra

Escribo madre escribo padre

escribo noche escribo silencio

melodía aguada que penetra mis células

y conjura las nieves

frío instantáneo royendo el hueso

de un pasado que no cambia

la picadura de una abeja en la nuca

el balancín de madera en el pie

la falta de aire

la alegría como disfraz

son fieles descripciones

de la ausencia

no estoy atravesando la noche

no es mi prisión el silencio

escribo madre

escribo padre

hoy cuando lo único que soy

es noche y es silencio





No es ni helecho ni zarzamora

la muerte

elijo la vida lenta

esta vez

el sosegado envejecer del árbol

que tengo delante

y que ahora me sostiene

el camino infinito

hacia el mar que vi por primera vez

aquellas montañas gigantes desplomadas

en un cambio de estado de inmensidad

y el lento sumergir de mi ser

en un coro antiguo de aguas

lágrimas

que se mezclan con la sal

y se vuelven plegarias

reminiscentes caricias de la diosa petrificada

dentro de mi primer sueño

elijo la vida lenta

esta vez

ignorar que el árbol siempre reverdece

soñar dentro de este mismo sueño

rezar en octosílabos que encierran el sentido último del mundo

y curan para siempre todas las heridas

olvidar a la madre

olvidar al padre

mas sin ser huérfana

sentirme hija madre diosa hermana hada bruja

más allá de la vida

más allá de la muerte

que no es ni helecho ni zarzamora

sino oscuridad y caverna

círculo y esfera

de nuevo y siempre

fulgor destello luz

_________

CORINA OPROAE (Făgăraș, Rumanía) escribe en español y en catalán, traduce poesía del rumano y del inglés. En español ha publicado los libros Mil y una muertes (2016), Intermitencias (2018), y Desde dónde amar (2021). En catalán ha escrito La mà que tremola (2021), un libro de reflexión poética sobre el hecho de escribir en una lengua que no es la lengua materna. Su poesía ha sido incluida en diversas antologías. Es autora y traductora de la antología de poesía catalana actual publicada en Colombia, La hora indefensa (2021). Ha traducido al catalán y al castellano autores como Marin Sorescu (premio Cavall Verd Rafel Jaume de Traducción Poética, 2014, premio Marin Sorescu, Craiova, Romania, 2015) Lucian Blaga, Gellu Naum, Ana Blandiana (premio Jordi Domènech de Traducción de Poesía, 2015), Dinu Flamand, Ioan Es. Pop, Angela Marinescu o Mary Oliver.

Publicado el 22/11/2022